martes, 14 de septiembre de 2010

escribir como andar. para no cristalizar ningún instante. es andando. hago mate y el teléfono suena. se acumularon los trámites y las tareas pendientes. sentarme a terminar un texto que me espera. una cerveza pendiente hace cuánto con mi amiga viajera que justo anda por acá. las muestras de mis alumnos que están en plena ebullición. volver a cocinar sano. ordenarme. ordenarme. hacer el intensivo de butoh? casi seguro. llevar víveres a la escuela de mi hija, indignarme con las declaraciones del infame (otra vez) regar las plantas, pasar por el lavadero. dejar de preguntarme tanto. soltar. y andar. seguir andando.
escribir para no cristalizar ningún instante.
para que sea pulso.
respiración.


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domingo, 12 de septiembre de 2010

estoy sola, sí...



...y serena
la soledad es color del alma para arribar completa
hasta el instante

esto dice el personaje de mi obra. mis palabras hablando en otra boca. llegó el día del estreno. un proceso creativo muy intenso, trabajamos tanto. se colma la noche de necesidad de parir y compartir y de afecto. y vinieron unos pocos, amados, elegidísimos amigos. compañeros de viaje. vinieron ellas, mi ex y su novia, ambas adorables (y se acomoda en el viaje el amor que sigue aunque la forma sea tan distinta, tan otra) también mi hermana de la vida. y otra gente que me abraza y habla y comenta cosas, exultante. brindis, muchos brindis. y se hace evidente que necesito el abrazo de mi hija, el primer estreno al que no viene. aunque sostuve con orgullo que ella decida quedarse a otra celebración, la del día del maestro, choripaneada a cargo de los pibes para festejar con los docentes que los apoyan en la toma. si yo estoy donde quiero estar, haciendo lo que quiero, por qué vos no? le dije. y así eligió. orgullo y extrañeza. y necesito el abrazo de él, claro. mi hijo. tanto. 
lo cotidiano por momentos se acomoda y entonces una anda. desgarro a cuestas, anda. pero la celebración, el vino, las palabras hermosas, los aplausos. y la gente que empieza a irse, de uno en uno, de dos en dos. hasta que me quedo con gente casi extraña. y finalmente me despido yo y cargo con el ramo enorme. me siento mareada por el vino y desconcertada de que se haya movido tanto instantes atrás.  voy a esperar un auto y hace frío. y estoy sola. la soledad es color del alma. y esto que jamás me pesa, que en este aquí y ahora es elección, de pronto duele en todo el borde. la alegría revela un borde y el borde duele. saber que sigo andando. que elijo crearme los pasos. que acepto. y saber también que anhelo su abrazo. o al menos y además, un abrazo que sostenga la ausencia de otro abrazo. un rato. a veces. yo, que soy tan dura para dejarme sostener. tan incapaz. tan anhelante. de pronto soy borde que ausenta. 
al fin viene el auto después de una eternidad.



jueves, 2 de septiembre de 2010

los amigos reclaman presencia. mi hija reclama presencia. mi casa, las tareas pendientes. el descanso. no estoy en los lugares que suelo y quiero frecuentar. después de meses un trabajo llega a su fin y pide más, pide todo y ahí estoy. sin contestar los mails, ni leer blogs ni dormir casi nada. algo ansiosa, muy cansada, preocupada por los detalles. cuestionándome y confiando a la vez. tiempo de pre-estreno. así estoy.